sábado, 1 de marzo de 2014

¿DEBEN LAS MUJERES CONSUMIR MÁS GRASA?





    Vivimos en la moda de los productos “light”, dietas bajas en grasas, cereales supuestamente integrales con efectos casi milagrosos y agua con azúcar que nos hacen creer que son indispensables a la hora de entrenar.

 Toda ésta falsa creencia de grasa = malo se ha ido centrando sobre todo alrededor del mundo femenino ultimamente, pero si observamos el funcionamiento del organismo y la fisiología vamos a ver que no tiene ningún sentido.


NUESTROS MÚSCULOS NO SON IGUALES:

  El tejido muscular está compuesto por fibras musculares de tipo I y tipo II principalmente, aunque hay más subtipos. En las mujeres hay más proporción de fibras tipo I (44%) que de tipo II comparado con los hombres (39%), aunque puede variar hasta un 12% dependiendo de la persona, bien, ésto puede que no diga mucho, pero la diferencia se encuentra en la composición de éstas fibras.

·         Las fibras tipo I tienen mayor densidad mitocondrial que las de tipo II, más gotas lipídicas y menos miofibrillas.
·         Las fibras tipo II tienen menos mitocondrias, más miofibrillas, y almacenan más cantidad de glucógeno que las de tipo I.

   Ya empezamos a tener algo más de relación entre el tipo de composición muscular y grasa, como se ve existe más cantidad de grasa en los músculos de las mujeres que de los hombres, más adelante vamos a ver cómo influye ésto a la hora de entrenar.

 DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA GENÉTICA

   ¿Qué relación hay entre la composición muscular y la genética? Además de haber diferencias en la composición muscular, también hay diferencias en el mRNA de mujeres y hombres, lo que va a afectar a la expresión de ciertas proteínas en el músculo relacionadas con el metabolismo de las grasas. La primera diferencia la encontramos en las proteínas FAT/CD36, cuya función es similar a GLUT-4 sólo que en éste caso tiene la función de inroducir los ácidos grasos a través de la membrana plasmática del músculo esquelético para su posterior oxidación o almacenamiento.

    En las mujeres hay un 49% más de expresión de FAT/CD36 que en hombres, independientemente de estar entrenadas o no. En cuanto a los niveles de mRNA, esto es un dato curioso, ya que sólo se mantiene en alto en mujeres no entrenadas, lo que significa que independientemente del nivel de forma física las mujeres tienen más facilidades para el transporte de ácidos grasos al interior celular.

   Otra diferencia interesante son los niveles de mRNA relacionados con lipoproteínas-lipasas musculares, ya que en mujeres no entrenadas sus niveles son un 160% superiores que en los hombres, aunque en este caso no hay diferencias considerables en la actividad y expresión de la misma entre hombres y mujeres.



MAYOR CAPACIDAD PARA OXIDAR LÍPIDOS

   La oxidación de los ácidos grasos es el proceso fundamental en el catabolismo de los lípidos, su oxidación dependerá en mayor o menor medida de los niveles de grasa corporal, de la disponibilidad de ésta, de la hidrólisis de triglicéridos y del tranporte de ácidos grasos libres.

   El proceso de oxidación de los ácidos grasos (ϸ-oxidación) es un proceso complejo que necesita de 4 reacciones principales, existe una triple enzima MTP (mitochondrial trifunctional protein) que cataliza las 3 últimas reacciones en la ϸ-oxidación.

  Como veis la MTP cataliza gran parte de la ϸ-oxidación. ¿Qué relación tiene ésto con las mujeres y mayor capacidad de oxidación? En las mujeres se ve unos niveles mayores de mRNA relacionado con HADHB (una sub-unidad de MTP) y una mayor expresión en el músculo esquelético que en hombres.





    Para demostrar una mayor capacidad de oxidación de grasa en mujeres, también existe un mayor contenido de mRNA relacionado con PPAR (Peroxisome proliferator-activated receptor), un subtipo de estos receptores se encuentra en el músculo esquelético y cómo su nombre indica están relacionados con la proliferación y el aumento de peroxisomas (intervienen en la oxidación lipídica).




   Aunque no exista mucha diferencia entre los niveles de expresión, ésto también está afectado por los niveles de AMPK, al aumentar AMPK, por ejemplo, durante el ejercicio, se ven incrementada la expresión de MEF-2, PPAR y PGC-1, éste ultimo regula la biogénesis de mitocondrias, por lo que también estará fuertemente relacionado con la oxidación de las grasas.

  En otro estudio se muestra cómo PGC1 mRNA aumenta en mucha más proporción que en los hombres tras 90 minutos de ejercicio físico.







  ¿CÓMO AFECTA AL ENTRENAMIENTO?


   Durante el entrenamiento, está demostrado que las mujeres parecen consumir más grasa como combustible que hidratos de carbono, además de haber una menor degradación de proteínas.(American Journal of Physiology - Endocrinology and Metabolism Published 1 June 2001 Vol. 280 no. E898-E907) En estudios el ratio de glicerol durante y después del ejercicio es mayor en mujeres que en hombres, lo que demuestra una mayor lipólisis y uso de las grasas cómo sustrato energético durante el entrenamiento.


 Como conclusión decir que todo este conjunto de características y diferencias nos indican que las mujeres tienen más predisposición y facilidad para usar la grasa como fuente de energía, la verdad, es que es lógico, ya que por naturaleza las mujeres tienen mayor % de grasa corporal, diferentes tipos de fibras musculares, y mayor expresión de proteínas relacionadas con el metabolismo de lípidos. Por ello, una dieta alta en grasas con un correcto balance entre ellas se adaptaría a la perfección a la fisiología de femenina, además de resaltar que existe una buena adaptación y rendimiento en el entrenamiento en ayunas, ya que aunque no exista un agotamiento total de las reservas de glucógeno, sobre todo a nivel hepático, el sustrato muscular principal serán los ácidos grasos cómo se ve en la gráfica anterior, ya que durante el ejercicio, a través de AMPK se estimulan marcadores relacionados con el transporte y oxidación de las grasas en mayor medida que en hombres.



Artículo por : Gonzalo Arias @Nutri_science

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